martes, 28 de abril de 2015

Chicas atención.

Despierto, reviso la hora, seis de la mañana, me levanté a tiempo para ir al colegio, busco mi uniforme y me comienzo a bañar. Quince minutos, fue el tiempo que duré,  me lavo los dientes, la cara también y salgo para humectarme la piel con una crema especial. Despierto a mi hermano pequeño, “ya es hora de ir al colegio, arriba” le digo, a este le cuesta un poco, pero luego de un momento entra a bañarse. Estoy preparado, me dirijo hacia el comedor en mi casa y me desayuno, platico con mis padres sobre un tema cualquiera y luego, al colegio. Camino largo, aburrido, me da sueño, y sin notarlo, me duermo. Por fin llegamos, me desmonto del carro con una cara larga sabiendo que sería el mismo dia de siempre, la misma rutina, cuatro primeras horas, receso, tres horas más, salir de clase y esperar que mi padre me recoja. Me encamino al salón de clase, es temprano, y como es de esperarse, hay poca gente en el salón. Veo la esquina, un murmullo constante, mis mejores amigos, voy hacia ellos y les pregunto de que hablaban, me dijeron que fuéramos a la otra sección, a la sección A. Todos están eufóricos, nerviosos, impacientes, hiperactivos, parece que hoy no sería el mismo dia de siempre, y por fin, el colegio se tornaba interesante.

Tomamos las cuatro primeras horas que anteriormente mencione, salimos al receso, y nueva vez, todos estaban alocados, con un nulo conocimiento de la situación me acerco a mi mejor amiga y le pregunto, “¿Que diablos está pasando?”, ella, asombrada, me dice, “tu siempre perdido, no te enteras de nada”. No quería seguir hablando con ella, lo único que hacía era criticarme por no saber nada y no me informaba de lo que estaba sucediendo. Luego, me dirijo a un compañero de la sección A con el que me divierto mucho, y como pensaba, lo único que hizo fue reírse y burlarse de todo. Por último me dirijo a otra amiga, una con la que en los últimos días estaba comenzando a encariñarme más. Cuando me acerco veo una cara de tristeza, unos ojos rojos, aguados, parecía que quería llorar, y con una voz chillona me dice “¡Déjame en paz!”. Perfecto, había hecho enojar a esa persona que tan importante consideraba. Siento una extraña sensación en el bolsillo, una vibración, corta, luego otra, esta vez más extensa, y una última que al final de la misma emite un sonido, configuración que tengo para notificarme que he recibido un toque en Instagram.

“Alguien tuvo que haber presionado el botón de “me gusta” en una foto mía”, pensé, pero cuando reviso, alguien me “tagueó” en una foto. Un usuario peculiar, una cuenta que estaba privada, presiono el botón de “seguir” para poder ver la foto, en un abrir y cerrar de ojos aceptan mi solicitud, y pude presenciar algo que nadie debía jamás haber visto. Un sentimiento de tristeza entro a mi corazón, sentí pena y lastima por lo que había visto, una lanza con una punta aguda atravesaba mi alma, y no podía creer lo que estaba viendo. Una foto de una compañera de clase, aquella que me había gritado que la dejase en paz, pero no cualquier foto, una desnuda en la que claramente se podía  observar su cara y su pelo. Ya sabía porque todos estaban tan intranquilos, pero en vez de apoyar a la chica, le transmitían críticas a través de sus miradas que penetraban sus sentimientos y lentamente acababan con ella, se burlaban a lo alto, cada vez que pasaba cerca le gritaban cosas como “lindos pechos” ó “para la próxima una de más abajo” y cosas por el estilo. “¿Por qué hacen esto?”, sin cesar me preguntaba, y lo más rápido que pude corrí hacia mi amiga para consolarla, y ofrecerle mi incondicional presencia para ella, en lo que me necesitara estaría presente para ella, le dije que la quería, que todo saldría bien, que las personas cometen errores, pero nada, absolutamente nada calmaba la agonía que esta pobre chica sentía.

Esta chica no es la primera que se ve involucrada de lo que hoy en dia es tan frecuente, el sexting, que se da mayormente entre los adolescentes de trece a diecisiete años. Son muchas las consecuencias que podría traer este tópico. Tu mujer, date a respetar, demuéstrale a todos y todas que eres una mujer digna, solo por ser mujer mereces ser tratada como una princesa hermosa, valórate y date cuenta de que eres perfecta. ¿Cuál es el objetivo de una foto desnuda? ¿Causarle placer momentáneamente a otro chico es más importante que tu reputación? No lo creo. ¿Una muestra de amor? Si de verdad te “ama” no te pediría cosas de ese estilo. Abre tus ojos, y sigue el camino correcto, porque una vez que el error este hecho, no hay vuelta atrás, tu vida cambiaria permanentemente y nada ni nadie volverá a ser igual.


Esto ha sido todo por hoy, espero que les haya gustado, nos vemos en la próxima, adiós.

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