El dia de la
fiesta llego, todos estábamos emocionados y no parábamos de hablar de ello en
clase. Salimos temprano, alrededor de las dos de la tarde nos encontrábamos en
casa todos ya, aun, imaginándonos como seria la gran noche. Las chicas hablaban
sobre que tan bien iban a vestirse, los chicos hablaban sobre lo mucho que iban
a bailar y disfrutar la noche. Estaba texteando a mis compañeros de la clase de
futbol para ver si asistirían a la clase de aquel dia, todos respondían con una
afirmación, corro y le digo a mis padres que tengo practica, mi padre me dice
que tengo cinco minutos para alistarme, nos vamos, llego a la práctica, saludo
a todos, y como era de esperarse, hablaban de la fiesta. Uno de mis amigos no
tenia manera de ir al evento, mi madre y yo coordinamos para que mi amigo se
vuelva conmigo después de práctica, y así fue.
Mi amigo y yo
llegamos a casa, tarde, pero llegamos, es lo importante. Comenzamos a
alistarnos, con la presión del tiempo encima, buscamos nuestra camisa más elegante,
nuestro perfume más oloroso, nuestros zapatos más relucientes y el reloj más
deslumbrante. Estamos listos, solo falta que llegue el taxista para recogernos.
Llega el señor. La fiesta comenzaba a las ocho de la noche, eran alrededor de
las nueve, pero no importa, mi mama siempre decía que los más “cool” llegan
tarde a las fiestas. Llegamos, saludamos a todos, comenzamos a echar unas risas,
escogemos al mejor par de chicas para bailar, conocemos gente nueva, y de
repente, vemos algo, algo que no era agradable para nosotros. Una chica se
encuentra en el área de la cocina cuchicheando con otro chico, a los cuales no conocíamos.
Era extraño, muy extraño, y no paraba de preguntarme de que podría tratar… Me
acerco a los jóvenes y les pregunto de manera común, ¿Qué hacen…? Vi algo que
se me hacía difícil de creer, ya que no me imaginaba que la organizadora de la
fiesta permitiera esto. Me acerco a la organizadora para informarle sobre lo
que estaba pasando, me contesto en shock, no creía que realmente lo harían, sus
mejores amigos.
Una botella de
medio litro de ron y varias cajas de cigarrillos, varias cajas de cigarrillos
Marlboro. Decidí no involucrarme más en ese asunto, ya saben, para evitar líos,
mientras que chicos de mi misma edad eufóricos iban a consumir lo previamente
mencionado. No lo podía creer, lo que se
suponía ser una fantástica noche, libre de problemas y situaciones estresantes,
se centralizó en elementos perjudiciales y no aptos para el público de la
fiesta. Muchos me decían que me acercara, que nadie se iba a enterar de lo que
pasaba, que no iba a pasar nada… Me llenaban la cabeza con estupideces y mentiras
con el fin de que tomase y fumase. Tentación. Fue lo primero por lo que pase,
un sentimiento desconocido que me empujaba a hacer eso que sabía que estaba
indebido. Deseo. Segundo sentimiento de la noche, una voz interior con un agudo
tono me decía, “hazlo, no hay manera de que se enteren”, “hazlo, solo es una
noche y no morirás por intentarlo.” Miedo. Fue lo último que sentí. No sabía
como me iban a ver los que me rodean después de tomar una decisión. Si fumaba,
si tomaba, en parte me iban a ver como el chico desenfocado que vive sus etapas
a destiempo, al mismo tiempo, me verían como el rey, uno de los pocos que se atrevió
a hacerlo, y entonces sería uno más del montón. En cambio, si no lo hacía, me verían
como el chico aburrido y aguafiestas al que todos dejarían de invitar a
cualquier sitio, asimismo, me verían como ese chico capaz de tomar decisiones
importantes en su vida, y capaz de decir que no cuando tiene que hacerlo.
No. No lo hice. Sabía
que estaba mal, y de alguna forma u otra se enterarían. No era esa mi mayor preocupación,
sino ver quiénes eran los involucrados en este tipo de situación. Este tópico está
arrasando en la actualidad con los jóvenes, y el consumo de alcohol se ha convertido
en algo un tanto “necesario” en las fiestas y eventos sociales en los cuales
estos se hagan participes. ¿Tú realmente quieres tomar bebidas alcohólicas?
Estoy segurísimo de que no. Un grupo de personas no puede cambiar tu forma de
ser, no puede quitarte todo lo bueno que tienes. Hoy dia, no soy el único que
resulta ser víctima de historias del tipo, múltiples jóvenes se ven obligados a
realizar acciones que denigran su reputación y calidad como persona, el consumo
de alcohol, entre muchísimas otras más, es una de ellas. Aprende a decir que no cuando tienes que
hacerlo, aprende a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y sobre
todo, aprende a que todo tiene su momento, no trates de saltar etapas por las
cuales aun no has pasado, para así, ser ese adolescente digno de admirar que
todos esperan que seas. Se diferente, se real, piensa fuera de la burbuja en la
que muchos jóvenes están estancados, la sociedad.
Esto ha sido
todo por hoy, espero que les haya gustado y nos vemos en la próxima. Adiós.
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