viernes, 13 de noviembre de 2015

Yo soy joven y orgulloso

Últimamente he tenido la mala suerte de poder escuchar algunos comentarios por parte de mis superiores y los supuestos adultos de los cuales depende mi formación como ser humano integro y el crecimiento de mi moralidad en relación a la presente generación de jóvenes que, debido a su nivel de agresividad con el cual son formulados, podrían incluso ser clasificados como despectivos o denigrantes. Estos comentarios, son una generalización extremista en la cual no se excluye a ningún chico/a bajo ninguna circunstancia, razón por la cual escribo este artículo, para defender a la comunidad de jóvenes adolescentes a la cual pertenezco, y mi objetivo es persuadir al resto de la población de que sí hay futuro en la misma, si hay propósitos y metas a conseguir. Sin más dilación, comencemos.

Para iniciar, la tecnología. La mayoría de adultos y tutores en mi alrededor ven este tópico como un medio de distracción masivo que únicamente nos afectará en todo lo que nos concierne, y nos alejará de nuestras responsabilidades. Ese es su punto de vista, pero lo que realmente nosotros los adolescentes y jóvenes de esta generación podemos hacer, gracias a nuestra habilidad para manipular este portal de infinitos beneficios, no nos afecta en lo más mínimo en nuestro desarrollo como personas. El Internet, fuente de inagotable información, útil para nuestros presentes estudios y demás compromisos en la cual debamos utilizarlo; los teléfonos celulares, supuestos domadores de nuestra atención, dispositivos perfectamente aptos para ser clasificados como una de las mejores maneras de comunicación actuales y una agenda con nuestras actividades en el día a día; y los computadores portátiles o laptops, una forma de organizar nuestra actividad educativa y dar un seguimiento a nuestras tareas y quehaceres durante un lapso de tiempo. Estos son solo un pequeño ejemplo de las cosas más criticadas por parte de la población mayor, que realmente parece no estar consciente de el uso de estas.

En adición a esto, la generalización, uno de los aspectos de los que previamente formulé que más molestia me causan. ¿Realmente todos en esta generación somos culpables? Es una pregunta que me gustaría que cada quien se plantee en este instante. El hecho de que una persona X perteneciente a la categoría que hemos estado tratando consuma drogas, fume en exceso, y vea el alcohol como un requisito en su vida cotidiana, no significa que el resto de nosotros tengamos que ser de la misma manera. Sí, todavía hay muchos que tenemos un futuro planteado, sí, todavía hay muchos que tenemos propósitos en la vida, sí, todavía hay muchos que sabemos de lo que somos capaces por lo que damos todo lo posible por explotar nuestro máximo potencial, y sí, todavía hay muchos que somos auténticos, que no nos dejamos influenciar por el presente, para así no afectar nuestro porvenir. 

Para finalizar, nuestras actitudes y aptitudes. Puedo asegurarles que cada uno de nosotros tenemos claro lo que verdaderamente queremos para nosotros mismos, cosa que demostramos a través de nuestras actitudes frente a cada tipo de situación por la que tengamos que atravesar. También debemos relacionar esto con las aptitudes que nuestro medio nos da, y el esfuerzo que hacemos para llegar hacia donde queremos. Cada uno de nosotros somos diferentes, diferentes actitudes, diferentes aptitudes, y por consiguiente, supongo que es natural que no todos demostremos el mismo éxito y desempeño a lo largo de nuestra juventud.

Nuestra generación tiene una gran posibilidad de estar llena triunfos en todos los distintos aspectos habidos y por haber. Espero que les haya gustado, reflexionen, y nos vemos en la próxima. Adiós.

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